domingo, 18 de agosto de 2013

Psicobiología: funciones ejecutivas, por el Dr. Rivera Arrizabalaga.

Artículo de D. Ángel Rivera Arrizabalaga (perfil de blogger, aquí).
 Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad Complutense de Madrid. Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad Complutense de Madrid. Doctor en Prehistoria por la UNED. Tesis: Arqueología Cognitiva. Elaboración de un modelo psicpobiológico sobre el origen y desarrollo de la conducta simbólica humana. Su aplicación en la transición del Paleolítico Medio al Superior.
Extraído de su blog:

Psicobiologíadel género Homo


La conducta humana siempre ha estado determinada por las características evolutivas, neurológicas y psicológicas de su cerebro. Su estudio debe tener un carácter interdisciplinario de todas las ciencias que se interesan pos su compresión en el pasado, presente y futuro.


http://psicobiologiadelgenerohomo.blogspot.com.es/2013/08/funciones-ejecutivas.html

(Nota de ASPERCAN:  Interesante para entender la  )

viernes, 9 de agosto de 2013

Funciones ejecutivas


El estudio de la conducta humana, razón de ser de la Psicología, siempre ha tenido importantes dificultades para su realización. Ante la necesidad de analizar la mente humana, el psicólogo realiza una serie de conceptualizaciones (organización lógica y cognitiva basada en el conocimiento personal del problema a estudiar y, por tanto, subjetivo en algún grado) sobre las características cognitivas que observa en los seres humanos, a las que se denominan constructos. Los conceptos científicos como estrés, depresión y demás procesos cognitivos (inteligencia, frustración, inconsciente, emociones, actitudes, ego, fobias, ansiedad, motivación, aprendizaje, etc.) no tienen una existencia concreta similar a las entidades físicas que se prestan a la observación sensible. Son conceptos que sobrepasan la observación empírica y muchas veces expresan supuestos teóricos. A tales conceptos se les llama actualmente “constructos o conceptos no observacionales” para diferenciarlos de los observacionales (Bunge, 1973). Los constructos no tienen referentes empíricos inmediatos Nadie ha visto ni ha tocado la inteligencia de alguien pero sí la puede inferir de la manera en que una persona es capaz de resolver ciertos problemas en relación con la manera en que otros los resuelven. Constituyen una herramienta fundamental en el estudio de la psicología humana.
  
Sobre su origen hay divergencia teórica, pues mientras que para algunos autores tienen un origen claramente innato y para su manifestación conductual precisan de escasa interrelación con el medio ambiente (Psicología evolutiva), para otros su desarrollo e influencia en la conducta precisa de una importante interrelación con las características ambientales (Psicología cognitiva: procesamiento de la información), como puede apreciarse existen diferencias académicas no resueltas actualmente.

Dentro de las diversas capacidades cognitivas que conocemos en los seres humanos destacan, por su relativa actualidad e importancia en la conducta humana, las funciones ejecutivas. Casi nadie duda de su existencia, así como de que están muy relacionadas con el lóbulo prefrontal humano, actuando en todo tipo de cambios tecnológicos, sociales y simbólicos, pues son imprescindibles para su realización. Sin un plan organizativo y ejecutivo es imposible construir herramientas, crear nuevos útiles, organizar las redes sociales y estructurar el complejo simbolismo de una sociedad. Por métodos indirectos (lesiones, cirugía, estimulación directa, etc.) se ha podido asociar a los constructos que componen las funciones ejecutivas con las áreas de asociación terciaria del LPF se han relacionado con importantes capacidades cognitivas muy relacionadas con la conducta humana.

¿Qué son las funciones ejecutivas?

Las funciones ejecutivas (FE) serían el conjunto de habilidades cognitivas de superior organización e integración que, partiendo de ciertas capacidades cognitivas elementales, permite la maximización de la eficacia conductual en un momento determinado, es decir, de transformar el pensamiento en acción y de efectuar su control (Allegri y Harris, 2001; Barkley, 2001; Coolidge y Wynn, 2001; Estévez-González, et al. 2000; Fuster, 2002; Jódar Vicente, 2004; Kane y Engle, 2002; León-Carrión y Barroso, 1997). Las capacidades cognitivas elementales sobre las que se basa son las siguientes (Rabbit, 1997; Roberts et al. 1998; Stuss y Knight, 2002):

Planificación. Organización de la acción para lograr una meta elegida. Establece un plan estratégicamente organizado de secuencias de acción (motoras o cognitivas).
- Flexibilidad. Capacidad de elección entre distintas formas de actuación, cuando es necesario cambiar la acción ante cambios de situación o de tarea.
- Memoria de trabajo u operativa. Permite mantener activada una cantidad limitada de información, la cual es necesaria para el buen desarrollo de la acción en ese momento.
Monitorización. Realiza la supervisión necesaria para la ejecución adecuada y eficaz de los procedimientos en curso.
Inhibición. Produce la interrupción de una determinada respuesta que generalmente ha sido automatizada.

La acción conjunta de todas ellas, más el resto de las capacidades cognitivas humanas, van a hacer posible la conducta humana moderna, caracterizada por una importante rapidez o flexibilidad en la adquisición y mejora de nuevas conductas, basándose en el dinamismo de las actividades de exploración y creatividad (iniciativa motora, curiosidad e imaginación). Igualmente, posibilita la capacidad de abstracción y simbolismo, elementos básicos para el desarrollo de un lenguaje simbólico, facilitando el control de la función motora del lenguaje voluntario (área de Broca). También desarrolla y mantiene el comportamiento social y sexual, gracias al equilibrio emocional (relación LPF y sistema Límbico o cerebro emocional), autocrítica y control de la personalidad.

Por tanto, el LPF es donde se asienta la base neurológica del sistema ejecutivo o centro de integración de la actividad mental superior que controla y desarrolla conductas propias del ser humano, por medio de las funciones ejecutivas y de las demás capacidades cognitivas y emocionales que alberga. Así, su disminución funcional (lesión, cirugía, etc.) tendría un efecto directo y, hasta cierto límite, proporcional a la alteración de la conducta observada.

Su utilización, junto con la creatividad, motivación y capacidades cognitivas emergentes, desarrolladas gracias a la sociabilidad humana y al lenguaje creado, serían los responsables del desarrollo conductual y cultural del género Homo, visible desde su andadura en el Paleolítico.
Fuente: ÁNGEL RIVERA.


* ALLEGRI, R. F. y HARRIS, P. (2001): La corteza prefrontal en los mecanismos atencionales y la memoria. Rev. Neurol. 32 (5): 449-453. 
* BARKLEY, R. A. (2001): The executive functions and self-regulation: an evolutionary neuropsychological perspective. Neoropsychol. Rev. 11: 1-29.
* BUNGE, M. (1973): La Ciencia, su método y filosofía. Siglo XX. Buenos Aires.
* COOLIDGE, F. L. y WYNN, T. (2001): Executive functions of the frontal lobes and the evolutionary ascendancy of Homo sapiens. Cambridge Archaeol. Journal 11: 255-260.
* ESTÉVEZ GONZÁLEZ, A.; GARCÍA SÁNCHEZ, C. y BARRAQUER BORDAS, LL. (2000): Los lóbulos frontales: el cerebro ejecutivo Rev. Neurol. 31 (6): 566.
* FUSTER, J. M. (2002): Frontal lobe and cognitive development. Journal Neurocytol. 31(3-5).
* JÓDAR, VICENTE, M. (2004): Funciones cognitivas del lóbulo frontal. Rev. Neurol. 39 (2): 178.
* KANE, M. J. y ENGLE R. W. (2002): The role of prefrontal cortex in working-memory capacity, executive attention, and general fluid intelligence: an individual-differences perspective. Psychonomic Bulletin and Review 9, 637-671.
* LEÓN-CARRIÓN, J. Y BARROSO, J. M. (1997): Neuropsicología del pensamiento: Control ejecutivo y lóbulo frontal. Kronos. Sevilla.
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Publicado por arivera en 11:22 

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Otro interesante artículo del mismo autor y en el mismo blog:


Lóbulo prefontal humano



Aspectos interesantes en relación a las características de las personas con TEA – asperger:
#Psicobiología #LóbuloPrefontal humano #metacognición y gestión de #emociones #asperger #autismo

Destacamos esta cita:

“Por tanto, no parece difícil establecer una relación entre el aumento (de superficie y interconectividad) de estas áreas (DEL LÓBULO PREFRONTAL) con la conducta moderna. La diferenciación funcional o el aumento respecto de los demás homínidos conlleva a que nuestra especie tendría una mayor capacidad funcional de dos tipos (fundamentales en la conducta humana) (Ardilla y Ostrosky-Solis, 2008):

Metacognitivos (área dorsolateral de la corteza prefrontal), para procesar la información, asimilarla y utilizarla para mejorar su conducta, mediante el mayor desarrollo de sus funciones ejecutivas, imprescindibles para la organización de todo tipo de conducta y lenguaje, y al aumento de las capacidades de abstracción y simbolismo.

Emocionales (área ventromedial de la corteza prefrontal), que coordina la cognición y la emoción. En ese sentido, la función principal del lóbulo prefrontal es encontrar justificaciones aparentemente aceptables para los impulsos límbicos (los cuales constituyen las “funciones ejecutivas emocionales”).

Estas dos funciones siempre actúan juntas, pues cualquier acción (sobre todo si se relaciona con otros componentes de la sociedad) siempre lleva adosada un componente emocional (positivo, negativo o dentro de un amplio margen de una supuesta neutralidad emocional). La importancia del LPF humano en su compleja conducta es primordial, aunque no hay que olvidar que nuestro sistema nervioso siempre actúa de forma integrada con otras zonas cerebrales, pues su acción conjunta es necesaria para cualquier acción y, aunque parezca mentira, se necesitan más de las que aparentemente podemos creer que son las necesarias.(…)” FIN DE LA CITA  ;)


del blog 

Psicobiología del género Homo