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INFOCOP.ES
El artículo completo puede encontrarse en la Revista de Psicopatología y Salud Mental:
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Infocop | 23/01/2013
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Mª Ángeles Bravo Álvarez,
María Frontera Sancho y Mª Luisa Herrero Nivela
Universidad de Zaragoza
El trastorno o Síndrome de Asperger (SA) es incluido en los listados
oficiales de clasificación de enfermedades mentales (CIE 10, DSM-IV) a
principios de los años 90, dentro de la categoría diagnóstica “Trastornos
Generalizados del Desarrollo”.
No obstante, el aspecto categorial
que exige el diagnóstico establecido a través de estos listados oficiales y la
imprecisión de los límites entre los distintos cuadros descritos dentro de la
categoría general, ha llevado en los últimos años a adoptar un enfoque dimensional incorporando el término Trastornos de espectro autista (TEA)
caracterizado por la alteración cualitativa de un conjunto de capacidades en la
interacción social, la comunicación y la imaginación.
En esta línea continua de los TEA, el síndrome
de Asperger se sitúa en la zona
superior del espectro, representando la parte menos severa y con mayores
habilidades cognitivas y de lenguaje.
La clínica del SA hace referencia
a interacciones sociales torpes e inadecuadas, dificultad para utilizar y para
interpretar correctamente las claves sociales no verbales, comunicación y uso
del lenguaje peculiares (gestualidad y entonación extrañas, habla pedante y
tangencial, empleo abusivo del turno de palabra -conversación “unilateral”),
gusto por la repetición de ciertas conductas e intereses restringidos, empatía
pobre, tendencia a racionalizar los sentimientos, y ausencia de comprensión
intuitiva de las experiencias afectivas de otras personas, retraso y torpeza
motores (problemas de equilibrio y control postural inadecuado), control escaso
o inadecuado de las emociones (reacciones exageradas que pueden resultar, a
veces, agresivas o molestas). Algunos casos, desarrollan habilidades especiales
ligadas a sus temas de interés. Suelen presentar baja tolerancia a la
frustración, respuestas sensoriales inusuales (p.ej., hipersensibilidad y
rechazo a ciertas comidas, texturas y sonidos), escasa atención al propio
cuerpo, y problemas de atención y de aprendizaje.
La investigación de las
disfunciones atencionales en los TEA, ha suscitado en los últimos años un gran
interés. Los estudios más significativos de la literatura en el análisis de los
procesos atencionales en estos trastornos, contemplan discrepancias en el examen de déficits en la
excitación, en la orientación y filtrado, y confirman un rendimiento inferior
en comparación a individuos de desarrollo típico en procesos de atención
sostenida, dificultad en inhibición de respuestas prepotentes y capacidad para el
cambio atencional.
Sumándonos a la misma área de
interés, desarrollamos una investigación con el objetivo de comprobar si
existía un único perfil
atencional en SA. Comparamos a 26 niños, 13 de ellos con diagnóstico
confirmado de SA y otros 13 sin diagnóstico psicopatológico conocido, sin
comportamiento disruptivo en el aula y no incluidos en la categoría de “necesidades
educativas especiales”. Aplicamos una batería de test estandarizados basada
en el WISC IV, el Test Stroop, CSAT, y el test de clasificación de tarjetas
de Wisconsin.
El análisis realizado pone de
manifiesto que los sujetos examinados con diagnóstico de SA muestran diferencias significativas respecto al grupo comparativo y
baremos estandarizados en población española, en tareas de atención que
requieren la flexibilidad cognitiva, velocidad de procesamiento de la
información y mantenimiento de la atención visual. No hemos podido confirmar,
de acuerdo a nuestros resultados, dificultades en atención sostenida auditiva
ni en codificación de la información.
Nuestros hallazgos son
consistentes con estudios anteriores. Resultados dentro de los límites normales en repetición de dígitos y el cálculo,
han sido reportados en autismo. Respuestas de alerta y de orientación más lentas en S.A., así como rendimiento más
bajo, en sujetos con SA, en comparación a grupo sin alteraciones del
desarrollo, en tareas de vigilancia visual.
Diversas investigaciones,
atestiguan diferencias
significativas entre
individuos con SA, y controles en las medidas experimentales de atención que
evalúan los procesos tales como razonamiento conceptual, función ejecutiva,
toma de decisiones rápida y resolución de problemas.
Respecto a la capacidad de cambio atencional, algunas
investigaciones previas indican que los individuos con SA no tienen
dificultades con las tareas elementales de cambio perceptivo, pero sí cuando el
paso debe llevarse a cabo a nivel conceptual. Nuestros datos mostraron
diferencias significativas del grupo con S.A. respecto al grupo comparativo y
baremos estandarizados del test Wisconsin en cuanto al número de categorías
alcanzadas y número respuestas perseverativas. Estos resultados indican que
individuos con S.A. pudieran presentar déficits de atención en el plano conceptual, tal vez en
habilidades ejecutivas y de control de la información novedosa, confirmando lo
que sugieren algunos estudios. Argumentos tales como la capacidad para
organizar la información, para seguir los acontecimientos en curso y hacer
ajustes rápidos son, probablemente, consideraciones pertinentes.
No obstante, pese a las
conclusiones establecidas en el análisis global del grupo con S.A., la gran
heterogeneidad de los resultados obtenidos por cada participante, nos llevan a
concluir que no existe un
único perfil atencional en
los niños con S.A. estudiados y se hace preciso, de cara a una posible
intervención, partir de un estudio pormenorizado de cada caso.
Los datos confirman la presencia
de déficit atencional, de modo que, nuestro campo de estudio actual intenta
diseñar un programa individualizado de
acuerdo a las peculiaridades atencionales de cada sujeto diagnosticado con
síndrome de Asperger, que permita entrenar funciones de atención mantenida,
atención selectiva, atención alternante y atención dividida.
El artículo completo puede encontrarse en la Revista de Psicopatología y Salud Mental:
Bravo Álvarez, M.A., Frontera
Sancho M. y Herrero Nivela, M.L. (2012). Perfil
Atencional en niños con Síndrome de Asperger. Revista de Psicopatología y
Salud Mental, 20, 29-38.
Mª Ángeles Bravo Álvarez. Psicóloga Especialista en Psicología Clínica, en ejercicio
profesional privado. Profesora Asociada del Departamento de Psicología y
Sociología de la Universidad de Zaragoza, con docencia en la Facultad de
Educación. Psicoterapeuta Sistémica y miembro de la Asociación Aragonesa de
Terapia Familiar.
Dra. María Frontera Sancho. Profesora Titular del Departamento de Psicología y Sociología de
la Universidad de Zaragoza, con docencia en la Facultad de Educación.
Desarrolla su principal línea de investigación actual sobre el funcionamiento
psicológico y la respuesta educativa y psicosocial a personas con trastornos
del desarrollo. Miembro del Consejo Editorial de la Revista Siglo Cero y de la
Junta directiva de la Asociación Española de Profesionales del Autismo.
Dra. Mª Luisa Herrero Nivela. Profesora Titular del Departamento de Psicología y Sociología de
la Universidad de Zaragoza, con docencia en la Facultad de Educación. Miembro
del grupo de investigación del Gobierno de Aragón “Educación y Diversidad”
(EDI).
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